miércoles, 18 de febrero de 2015

La corriente de Groenlandia, de José Luis Gärtner


    La corriente de Groenlandia, editada por Nazarí y cuyo autor es José Luis Gärtner es, esencialmente, un libro de cuentos. De José Luis  se puede decir, sin ánimo ofensivo, que es un autor que tiene mucho cuento dada la diversidad de obras, de los más variados géneros, que ha publicado o  escrito o representado (ya que también escribe teatro),  aunque no vive del cuento, como casi ningún escritor.
José Luis, como yo misma, trabaja en la Administración de Justicia. Nuestra común profesión permitió  conocernos cuando él vivía en Málaga, sin embargo, casi nunca hablábamos de los Juzgados. Conversábamos de los temas que a ambos nos interesan y dejábamos a un lado el mundo judicial, con su burocracia, su jerarquización, sus claros  y oscuros y que algo conocemos. 
Desde la publicación de los cuentos de Allan Poe, los relatos de Kafka y el posterior impulso del boom latinoamericano, el interés por el cuento no ha cesado. Quizás el que más gráficamente ha definido el cuento haya sido, precisamente, uno de sus máximos exponentes: Julio Cortázar. Cortázar, para diferenciar la novela del cuento los compara, respectivamente, con las películas y con las fotografías. Mientras que  una película es  un “orden abierto”, novelesco; una fotografía exige una limitación impuesta por el reducido campo que abarca la cámara. También a través de la poesía se describe qué es y en qué consiste un cuento. Como exponente podría servir  el  poema  Sé todos los cuentos de  León Felipe:

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
 Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
 y que el miedo del hombre...ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

Lo que más se ansía en la infancia, junto con el juego, es la lectura o el relato de un cuento y que ese deseo, en mayor o menor medida, perdura siempre.
Este poema forma parte de su obra Llamadme publicano;  León Felipe, desde el exilio mejicano hasta el final hasta el final de su vida, denunció la situación política y espiritual del mundo moderno.  Y aunque fuera escrito en 1950 es  un poema actual, pues ¿no es cierto que los gritos de angustia y los llantos del hombre de ahora son taponados también con cuentos? ¿Qué se sabe, de verdad, del terrorismo islámico, del tráfico de armas, del narcotráfico? Sabemos una parte superficial de algunas cosas porque conocemos hechos aislados, pero no el núcleo de la verdad. La verdad de temas tan importantes y universales  la saben sólo algunos poderosos, a los demás nos cuentan… un cuento. Yo no sé, como dice León Felipe, si el miedo del hombre es el que ha inventado todos los cuentos,  más bien pienso que son los intereses económicos y espurios los que han inventado y transmitido algunos cuentos. Pero el hombre, el ser humano,  necesita evadirse de esa realidad  impuesta que le aplasta y hasta le humilla y, desde el principio de la Historia, ha ideado un mundo ficticio, alegórico, imaginario; inventa, por tanto, el mundo literario.
Gärtner lo explica muy bien en Biografía de un astronauta. 
Como en toda ficción, también en el libro La corriente de Groenlandia, hay entremezclados datos y detalles autobiográficos; de esta manera conoceremos su pasión por la música clásica, sus dudas, el anhelo  de encontrar la obra perfecta aún a sabiendas de su inexistencia, la banalidad del miedo, sus destrezas culinarias, ciudades que le han  conquistado y a las que nunca ha dejado de regresar como, por ejemplo, la Habana. Pero lo que más  nos participa  con sus relatos es su personal mundo onírico.
El libro se divide en dos partes y contiene 44 relatos. De entre todos ellos destaco La corriente de Groenlandia, que le da título al libro, y Todopoderoso. El tema es común: el sentimiento ante la pérdida de un animal. El estilo, diferente.  Groenlandia es un relato contemporáneo, Todopoderoso  nos transporta a los antiguos cuentos orientales; Nos traslada, por tanto, al origen mismo de la Literatura.
La primera civilización de la humanidad, los sumerios, se inició en el valle formado por los ríos Éufrates y Tigris.  Los griegos le llamaron Mesopotamia  y hoy pertenece, principalmente, a Irak, Irán y Siria.
Fueron los sumerios los que iniciaron la escritura críptica. Escribían en tablillas de arcilla y parte de esas tablillas han llegado hasta nosotros. En algunas de ellas se cuentan las aventuras del fuerte, el admirable y el providente Gilgamesh, que era dios y rey del Estado de Uruk,  sobre el año 2500 a.c.;  en los poemas se plasma el lamento de  Gilgamesh por la degradación humana como causa del diluvio, pero también Gilgamesh buscaba lo eterno, lo perfecto, lo absoluto... con tanto afán que uno de sus acompañantes le descubre la realidad con  este bellísimo poema que es toda una sentencia: ¿a dónde vas Gilgamest?  La vida que tú buscas nunca la encontrarás.
Por tanto, desde el año 2500 a.c. nos siguen importando las mismas cosas, buscamos lo mismo, tanto en Oriente como en Occidente, entonces ¿Por qué es tan difícil entenderse? De verdad ¿hemos avanzado  algo?

Rosa Burgos.



domingo, 8 de febrero de 2015

Cartas de amor de un comunista, de Isabel Pérez Montalbán






Sistema


Compañera, tus uñas azules y no rojas:
Estudio de las falsas teorías.
Los adioses muy blancos como mares de nieve
y los negros perfiles, los sicarios del miedo.

Se retrasó la Historia, sentí el frío letal
del fracaso, la ruina, las vértebras cansadas.
Se necesitan cursos intensivos y largos
sobre el ciclo del hielo y su andamiaje,
para así contemplar los tanatorios
del hambre, las plegarias tan humildes
sin respuesta precisa desde los rascacielos.
Sólo existe un sistema, sin reglas ni principios,
que practica –algo torpe– el desescombro
que arroja de aplicar el salvajismo.






Es un poema de 17 versos, dividido en 4 estrofas: la 1ª, de 1 solo verso; la 2ª, de 5 versos; la 3ª, de 8; y la 4ª, de 3. Es de arte mayor pues hay versos alejandrinos y endecasílabos, con rimas asonantes y versos libres. La  rima es encadenada. Es un verso   blanco. En los versos endecasílabos que utiliza abundan los heroicos (hay 5), aunque también hay enfáticos (2) y uno melódico.
Es un poema repleto de figuras retóricas que le otorgan belleza y ritmo. Hay una esticomitia: Estudio de las falsas teorías. Hay sinalefas dobles en un solo verso: que practica –algo torpe– el desescombro. Hay  encabalgamientos abruptos y suaves.  Pero, sobre todo, hay abundancia de  hermosas metáforas: uñas azules y no rojas (la carta se dirige a una persona que no es de izquierdas); adioses muy blanco (los que se van son inocentes); negros perfiles, (con ello se quiere  mostrar que la parte que se expone y que se ve -el perfil- es lúgubre); sicarios del miedo, (los asesinos matan y atemorizan); se retrasó la Historia, (la Historia no se puede retrasar, siempre seguirá su curso. Es otra metáfora, significa que se ha retrocedido o que no se ha avanzado como hubiera sido lo normal); sin respuesta precisa desde los rascacielos, es, quizás, la última y significa que los gobernantes y los poderosos no acceden a las peticiones del pueblo. También hay ironía o sarcasmo (algo torpe) y anáforas (Se necesita).

Con el poema se transmite, a través de una carta, a otra persona, la destinataria, la situación real de mansedumbre y estado extremo en que  la poeta y el país viven. A la destinataria la llama, por simple deferencia, compañera porque está en el lado contrario al que ella ocupa, aunque quizás, a pesar de la dispar ideología, sí se le puede considerar  compañera si sufre y padece el mismo ambiente.  Lo que no deja lugar a dudas es que despeja los bulos que, intencionadamente, se han extendido para ocultar la verdad. Levanta, por tanto, el velo que tapa la realidad. Ella –la poeta- lo ve claro y expone los puntos que desmoronan las teorías falsas. Por eso este poema es un grito, pero es un grito razonado.  Clama contra la injusticia y no sólo la  que proviene de los que están en la cúspide del poder, sino también de los que simplemente la observan y la permiten.
  Este  poema de Isabel Pérez Montalbán  está de absoluta actualidad dada la situación socio-política de España,  a pesar de estar publicado en el año 1999 y referirse a la dictadura  franquista. Es, en suma, un bellísimo poema que reclama dignidad.

Cartas de amor de un comunista.
Germanía. Valencia, 1999.

Rosa Burgos